Ante todo, la MACULA no es una enfermedad.
“Mácula”, en oftalmología, define la zona central y más especializada de la retina, responsable de la visión central y de colores.
Puede confundir el hecho de que en otras especialidades médicas como dermatología, la palabra “mácula” (o mancha) hace referencia a una lesión anormal.
En oftalmología, mácula es una parte normal del ojo y toda enfermedad que en ella ocurra se denomina MACULOPATIA.
MACULOPATIA es pues, un término inespecífico que involucra cualquier anormalidad del centro de la retina. De igual manera que una cardiopatía refiere a cualquier enfermedad del corazón o neumopatía, de los pulmones…
De esto se desprende que, si le dijeron que tiene una maculopatía, sólo sabe qué parte del ojo está afectada, pero no qué enfermedad tiene.
Existen muchísimas y muy variadas enfermedades en esta importante y compleja parte del ojo (a modo ilustrativo, se enumeran algunas maculopatías en la tabla 1).
Hay enfermedades de la mácula que no necesitan tratamiento, otras que se operan, otras que se tratan con medicamentos, y otras para las que aún no existe un tratamiento efectivo. Algunas afectan a un solo ojo y otras a ambos. Algunas pueden pasar desapercibidas y otras pueden ser mortales. Algunas afectan a recién nacidos, otras a niños, otras a adolescentes, otras a adultos, y otras a adultos mayores.
Si un familiar o un conocido tiene una enfermedad en la mácula, puede que no sea la misma que la que usted tiene.
Un elemento de confusión común es llamar MACULOPATIA a una de las tantas enfermedades que afectan esta parte de la retina. La DEGENERACION MACULAR RELACIONADA CON LA EDAD, es una enfermedad producida por cambios degenerativos que ocurren después de los 50 años de edad. Afecta a 0.5% de las personas de 55 años y a un 7% de mayores de 65 años. Esta enfermedad suele ser usada equivocadamente como sinónimo de maculopatía.
Otro elemento de confusión frecuente es querer clasificar a toda maculopatía en SECA o HUMEDA. Esto sólo se puede aplicar parcialmente a alguna de ellas, como la degeneración macular relacionada con la edad. La forma SECA refiere a una variante en la que sólo hay desorganización o pérdida de tejidos (atrofia) y la forma HUMEDA, a la variante en la que se acumulan componentes de la sangre debajo de la retina (membrana neovascular coroidea, desprendimiento pigmentario). La forma húmeda es la más grave, pero la menos frecuente (15% vs 85%) y debe ser tratada precozmente para minimizar el compromiso visual o incluso mejorar la visión.
Es muy común encontrar en un examen de rutina en personas de más de 40 años manchas puntiformes en la retina llamadas DRUSEN. En algunos casos pueden predecir una enfermedad futura en la mácula, pero NO son una enfermedad y en general, no deben ser tratadas.
En los últimos años se incorporaron nuevas y valiosas herramientas para el diagnóstico, y nuevos tratamientos para las enfemedades maculares.
A las ya existentes angiografía con fluoresceína o indocianina verde, se agregan excelentes métodos cómodos e incruentos, como la tomografía de coherencia óptica (OCT) de dominio espectral y la más reciente swept source, la autofluorescencia del fondo y reflectancia en el infrarrojo cercano, la microperimetría y el electrorretinograma multifocal. De todas maneras, en muchos casos la sola observación del fondo de ojos es suficiente para arribar al diagnóstico.
Los tratamientos actuales son numerosos:
Inyección intraocular de drogas (ranibizumab, bevacizumab, aflibercept, metotrexato), terapia fotodinámica de fluencia variable, fotocoagulación láser, cirugía (vitrectomía 20-23-25-27G), radioterapia, implantes intraoculares de liberación de medicamentos. Sin embargo, cada enfermedad de la mácula tiene un tratamiento diferente, y lamentablemente, algunas maculopatías aún no tienen una cura definitiva.